Como cada verano no podía faltar en nuestro recetario este plato tradicional balcánico, aunque su versión mas conocida es la que os proponemos aquí, la griega.
Para 2 personas necesitaremos los siguientes ingredientes:
– Una de berenjena.
– 200 gr. de carne picada de cordero o de ternera.
– Un pimiento verde pequeño.
– Un par de puerros.
– Una cebolleta mediana.
– Un vasito de vino tinto.
– Un vasito de tomate frito (si es casero, mejor)
– Un huevo.
– Un yogur griego.
– 25 gr. de queso feta.
– Sal, pimienta negra.
– Aceite de oliva.
– Una pizca de canela molida.
– Una ramita de tomillo.
– Queso parmesano y mozzarella rallados.
Cortamos las berenjenas en rodajas de 1cm., las ponemos en un plato y las espolvoreamos con sal.
Dejamos que reposen cerca de una hora hasta que expulsen todo el agua y precalentamos el horno a 200º.
Secamos bien las rodajas de berenjena y las colocamos en la bandeja del horno sobre papel de hornear pintado con aceite de oliva. Añadimos otro poquito de aceite por encima y horneamos unos 20 minutos a 200º hasta que empiecen a estar doradas por los bordes y blanditas al tacto. Las sacamos y bajamos la temperatura a 180º.
Mientras se hacen las berenjenas, pochamos los puerros, la cebolleta y el pimiento en una sartén. Después añadimos la carne y salpimentamos al gusto. Agregamos la canela y el tomillo y cocinamos hasta que la carne se empiece a dorar, removiendo de vez en cuando. Incorporamos el vino y una vez que se evapore echamos el tomate frito y cocinamos a fuego lento.
En un bol batimos el huevo, añadimos el yogur y el queso feta machacado, mezclamos bien y reservamos.
Para montar la moussaka necesitamos una bandeja apta para horno bien engrasada con mantequilla. Ponemos una base de berenjena, una capa de relleno y un poquito de mozzarella rallada; otra capa de berenjena, otra capa de relleno y otra vez berenjena. Echamos por encima la mezcla de huevo, yogur y feta, espolvoreamos con un poco de queso parmesano y llevamos al horno a 180º durante más o menos una hora.
Después la dejaremos reposar una media hora antes de servir para que la moussaka se asiente sin que se desmorone.