Plato originario de las cocinas vascas, navarras y riojanas que esta semana hacemos también nuestro. Receta humilde de cuaresma y, por qué no, también de cuarentena.

Ingredientes

    • Dos puerros
    • Una cebolleta
    • Dos zanahorias
    • 250 gr. de bacalao desalado o fresco
    • Caldo de verduras 1L
    • Tres patatas
    • Aceite
    • Sal
    • Perejil

Preparación

Lavamos muy bien las zanahorias, las patatas y los puerros, separando la parte más verde y reservándola para otra preparación. Cortar en piezas de 1-2 centímetros, al gusto. Picar muy fina la cebolla, pelar las patatas y las zanahorias, y cortar estas en rodajas o medias lunas.

Calentar algunas cucharadas de aceite de oliva en una olla o cazuela y pochar la cebolla con una pizca de sal, hasta que esté tierna. Incorporar el puerro y rehogar bien un par de minutos. Añadir las zanahorias y las patatas cascadas, sazonar y cubrir con el caldo. Podemos no echarlo todo de golpe para corregir el punto de líquido al gusto hacia el final.

Llevar a ebullición, bajar el fuego y cocer hasta que las patatas estén cocinadas, unos 25 minutos. Añadir el bacalao limpio en piezas de un bocado y cocinar el conjunto unos pocos minutos más, echando un poco de perejil fresco bien picado si se desea.