Típico plato italiano de Semana Santa que nos apropiamos para degustarlo en cualquier momento del día.
Para cuatro personas necesitaremos los siguientes ingredientes:
– 500 gramos de acelgas
– 200 gramos de espinacas
– Un par de cebolletas
– 250 gr. de queso ricotta
– 250 gr. de queso rallado
– 500 gr. de calabacín
– 6 huevos
– 12 láminas de pasta filo
– Sal
– Pimienta
– Orégano
– Nuez moscada
– Dos hojas de laurel
– Mantequilla
– Aceite
En una cazuela honda sofreímos la cebolleta muy picada en un chorrito de aceite. Cuando esté transparente, añadimos el calabacín y una vez que esté pochado añadiremos las acelgas y las espinacas y las rehogamos hasta que pierdan el agua completamente. Rectificamos de sal y pimienta y añadimos el laurel y el orégano. Reservamos hasta que enfríe y retiramos las hojas de laurel.
A continuación preparamos el relleno de la torta, añadiendo al sofrito anterior dos huevos, la ricotta y el queso rallado. Removemos hasta que queden todos los ingredientes bien mezclados.
El molde que elijamos lo forraremos con papel de horno y lo untaremos con mantequilla derretida con la ayuda de un pincel de cocina para después ir colocando diez hojas de masa filo una a una, dejando parte de éstas fuera del molde, y disponiéndolas en forma de abanico. Pintaremos cada una de estas hojas con la mantequilla derretida para evitar que la pasta filo se seque y se rompa.
Añadimos el relleno al molde y, con la ayuda de una cuchara, haremos cuatro huecos en los que echaremos cuatro huevos enteros. Tapamos el relleno con dos hojas de pasta filo pintadas con mantequilla y haremos un reborde con la parte de las capas de pasta filo que habíamos dejado colgando fuera del molde. Pintamos también con mantequilla la parte superior de la torta.
Cocemos la pascualina en el horno precalentado a 180ºC alrededor de cuarenta minutos o hasta que veamos que la pasta filo quede tostada. Puede servirse caliente o fría.