Con esta entrada damos por finalizado el ciclo dedicado a los tomates de la temporada 2017. Y es que solamente nos quedan por comentar las dos últimas variedades que trasplantamos este año: Los deliciosos cherrys que traemos de un vivero del País Vasco (de tres colores, formas y sabores diferentes) y el tomate en rama que probamos a cultivar por primera vez:

– Tomate en rama: El tomate en rama no es estrictamente una variedad sino una forma de presentación que conserva mejor sus cualidades. Suele presentarse en racimo o ramillete un tipo de tomate más pequeño, de un color rojo o tirando al anaranjado, piel de grosor medio y muy jugoso. También se le conoce como “tomate de colgar”, porque en zonas de clima seco se puede colgar los ramilletes en un sitio ventilado y fresco y duran todo el invierno. El tomate de colgar estuvo a punto de desaparecer, pero con la revalorización de los productos ecológicos que no necesiten medios artificiales de conservación, ha vuelto a tener gran demanda y gran parte de la producción obtenida se dedica a la exportación. Como es un tomate muy jugoso es ideal para el “pan con tomate”, es decir, untado sobre pan o tostadas, con una pizca de sal y un poco de aceite de oliva virgen extra. Por su sabor fresco es muy bueno para comer crudo en ensaladas y también para cocinar.

– Tomate cherry: También conocido como tomate cereza o tomate cóctel, el tomate Cherry se caracteriza por su tamaño (entre 1 y 3 cm de diámetro) y su intenso sabor y aroma. Probablemente sea el antepasado de todos los tomates actuales y se supone que crecía de forma silvestre en zonas tropicales y subtropicales. Este supuesto antepasado es cada vez más apreciado hoy en día por su versatilidad y sus cualidades, no sólo olfativas y gustativas, sino también estéticas. Dentro de esta variedad de tomate existen multitud de subvariedades con multitud de formas, tamaños, colores y sabores. En nuestro caso, esta temporada hemos optado por el sun lemon, el sweet olive y el black cherry, amarillo, rojo y negro respectivamente.