Como viene siendo habitual en nuestra trayectoria, esta temporada vamos a poder disfrutar de distintas variedades de tomate con diferentes matices y texturas para poder hacer también distintos usos culinarios.

En las siguientes entradas del «cuaderno de campo» os iremos explicando las características de cada uno de ellos. Empezamos con dos tomates clásicos de nuestro huerto de verano:

– Tomate Negro de Santiago: Se trata de una variedad autóctona gallega y desde que lo descubrimos, hará unas tres campañas, no ha faltado en a leira de Lola. Es nuestro favorito y, por lo que leemos por ahí, parece que hay lista de espera para probarlo. Se trata de un tomate de tamaño medio y color entre rojo oscuro y verdoso. Su característica coloración y su forma irregular y caprichosa, hacen de ellos unos tomates que aunque aparentemente sean “feos” encierren un secreto en el interior, su sabor espectacular a tomate como los de antes. De sabor dulzón e intenso y pulpa carnosa, contiene gran cantidad de azúcar por lo que resulta más jugoso que otras variedades de tomate.

 

-Tomate raf: Se trata del tomate tradicional de la vega almeriense que finalmente se cultiva en toda la península debido a su excelente sabor y a su enrome resistencia a casi cualquier tipo de tierra. Sus peculiaridades organolépticas le han convertido en una delicatessen, no en vano lo denominan «tomate pata negra» que nos devuelve el exquisito sabor de los tomates de añtaño. Su tamaño es variable y enseguida la parte superior adquiere un verde intenso. Madura de dentro hacia afuera por lo que está muy rico también al inicio del proceso de maduración con un sabor extremadamente dulce.