Dependiendo del tipo de semilla y la planta que queremos cultivar existen diferentes técnicas que nos permiten reproducirlas. Podemos sembrar semillas en bandejas de cultivo protegidas (bajo invernadero) o directamente en la tierra; si hacemos siembra directa podemos hacerlo a voleo, en líneas o en hoyos separados entre sí.
Aunque cada hortaliza tiene una técnica de reproducción recomendada también es posible cultivarlas de diversas maneras. Por ejemplo, las acelgas se pueden sembrar en semilleros y posteriormente hacer el trasplante pero también podemos espaciar las semillas entre 30-40 cm. directamente en la tierra y, vigilando las adventicias, también dan resultado.
La cantidad de semillas dependerá de su tamaño y, sobre todo, del tipo de planta y del sistema de cultivo que alijamos. Por otro lado, la profundidad de siembra va a depender del tipo de semilla y de su tamaño o grosor pero, por norma general, lo mas frecuente es enterrarlas a una profundidad aproximada de tres veces el tamaño de la semillas.
Si lo que queremos es plantar a raíz desnuda o trasplantar cepellones también podemos tener dudas sobre cual es la profundidad ideal a la hora enterrarlas. Las lechugas, escarolas o las propias acelgas, las enterraremos hasta la base de las primeras hojas; las coles, pimientos o berenjenas, justo por encima del cepellón o donde empiezan las raíces. Si enterramos parte del tallo de los tomates no pasa nada, incluso pueden brotar nuevas raíces de ese mismo tallo; sin embargo habrá que tener cuidado en el caso de las coles ya que, si enterramos el tallo, éste puede ser devorado por los insectos de la tierra o pueden pudrirse por acción de los hongos afectando su desarrollo.