A lo largo de la temporada, a las tareas que podríamos llamar principales como son las siembras, trasplantes y las cosechas, hay que añadir otras labores auxiliares que no por el hecho de llamarlas así, son menos importantes para garantizar el éxito en el huerto. Antes al contrario, en muchas ocasiones una cosecha se puede ver mermada por no realizar estas tareas de forma adecuada o a su debido tiempo.
Algunas de estas labores de mantenimiento son:
– Clareo: Cuando realizamos una siembra, bien a voleo, en líneas o a golpes, por lo general tras la germinación, es necesario eliminar las plantitas mas débiles o las que menos hayan desarrollado. A esta labor se la denomina «clarear» y es fundamental para dejar que evolucionen las plantas mas sanas. Esta tarea se deberá realizar las veces que sean necesarias hasta que la distancia entre plantas sea la correcta; por ejemplo, 20-30 cm. entre lechugas, 5 cm. en zanahorias, entre 6-10 cm para remolachas. O, como en el caso de los calabacines hasta dejar una única planta por golpe. En caso de no realizar los clareos a la larga nos hallaremos con un conjunto de plantas que no se desarrollan bien por falta de espacio, que se pudren por exceso de humedad o que se espigan a flor sin evolucionar de forma correcta.
– Despunte: También denominado desmoche, consiste en podar los brotes centrales, laterales o ramificaciones secundarias de las plantas cultivadas. Así, en las plantas de hojas jóvenes conseguiremos tallos principales mas vigorosos o un follaje mas frondoso aumentando su producción; en otras plantas como tomateras, pepinos, o melones si cortamos los brotes laterales o el tallo central el resto de la planta crecerá mas vigorosa y los frutos serán de mayor calidad.
– Entutorado: Determinadas plantas como las tomateras, los guisantes o las judías, tienden a crecer de forma desmesurada tanto en altura como en frondosidad y, en caso de no guiar de este crecimiento, su desarrollo puede verse afectado y no obtener los frutos deseados. A esta labor se le denomina entutorado precisamente porque a los elemnetos que utilizamos para llevarla a cabo se les denomina tutores. Podemos utilizar cañas para los tomates, mallas para guisantes, hilos de rafia para berenjenas y pimientos e, incluso, podemos aprovechar los tallos del maiz para guiar nuestras judías como se hacía por aquí antigüamente.