Los huertos son pequeños ecosistemas en los que se producen interacciones entre los organismos que se desarrollan juntos por lo que hay que tener en cuenta las sinergias que se generan entre ellos.

En el desarrollo de la agricultura ecológica se ha podido comprobar que hay plantas que se sienten mejor creciendo junto a otras y algunas que se molestan mutuamente. Por eso resulta interesante observar la evolución de los cultivos en función de con quiénes los asociamos.

leira-inside-copia

Particularmente, en a leira de Lola, cuando hicimos la primera planificación del huerto, nos basamos en sistemas de asociaciones y rotaciones (otro día le dedicaremos una entrada a este tema) perfectamente contrastadas y el resultado fue muy bueno. Por ejemplo, solemos plantar matas de albahaca entre tomates y pimientos para ahuyentar los ataques de pulgones y, efectivamente, este sistema funciona.

Además de este tipo de asociaciones que alejan posibles plagas, algunas plantas se pueden beneficiar de su asociación con otras por sus características físicas, su propio desarrollo o su resistencia. De esta manera, por nuestra zona hemos podido comprobar como en muchos huertos particulares se sembraban judías a los pies de los maizales; las judías proporcionan nitrógeno al terreno y aprovechan los tallos del maiz para trepar y desarrollarse.

También es frecuente alternar líneas de lechugas con líneas de coles, o plantar una lechuga entre col y col. Las lechugas se desarrollan mas rápido y cuando la col alcanza su mayor porte ya hemos cosechado las lechugas.

Pero lo mas importante es aplicar uno de los principios fundamentales de la agricultura ecológica que es centrarse en potenciar la biodiversidad en el huerto, cultivando en una tierra constantemente fértil donde abunde la materia orgánica en constante descomposición.