Los acolchados son la mejor manera proteger los cultivos y la tierra en la que estos se desarrollan. Además potencian su fertilidad y facilitan el trabajo en el huerto.
Sus múltiples ventajas hacen de esta práctica una de las mas recomendadas en la agricultura ecológica y entre ellas podemos destacar las siguientes:
– Protegen la tierra de las radiaciones solares, evitando que la radiación ultravioleta dañe la flora bacteriana y microbiana de la tierra de cultivo.
– Si utilizamos acolchados de paja, de césped o de siegas de hierba, aporta nutrientes a medida que se descompone.
– Mejora la estructura del suelo.
– Evita que la tierra se reseque, manteniéndola hidratada y reduciendo las necesidades de riego.
– Se trabaja menos la tierra porque, al estar cubierta, no se apelmaza sobre todo si no pisamos los bancales.
– Evita la naciencia de hierbas competidoras.
Desde nuestros inicios en a leira de Lola hemos utilizado este sistema en todas sus variedades:
– Cobertura de paja de cereales, el acolchado orgánico que mejores resultados da. Una capa de 4 a 8 cms. puede permanecer largas temporadas sobre el cultivo. Tiene un inconveniente serio y es que hay que evitar que contenga semillas algo en muchas ocasiones bastante difícil.
– Acolchados de siega de hierba: Funcionan bien si la reponemos constantemente ya que suele degradar con rapidez. No hay que colocar capas demasiado espesas ya que pueden impermeabilizar y ahogar la tierra.
– Césped cortado de nuestro jardín.
– Acolchados plásticos: Hasta el momento son los que mejor nos han salido. Hemos ahorrado considerablemente las necesidades de agua en los cultivos, algo imprescindible para nosotros.
-Acolchados con malla: Hemos utilizado este sistema para evitar las hierbas en los pasillos de los invernaderos y ahora, después de un verano intenso en este sentido, vamos a probar a utilizarla en los bancales exteriores. Tienen la ventaja que duran bastantes temporadas, dejan pasar el agua de la lluvia y, al ser porosas, el cultivo está perfectamente aireado.