Como os contábamos en la anterior hoja de nuestro cuaderno de campo, el pasado sábado por fin sacamos tiempo para recoger las patatas de la Finca Aquilina.

Igual que los tomates, los pimientos o las berenjenas, el tubérculo mas consumido a nivel mundial pertenece a la familia de las solanáceas. Nosotros cada año dedicamos un poquito mas de espacio a este cultivo tan apreciado por los gallegos con la esperanza de obtener mejores cosechas. Pero si comparamos nuestro rendimiento con los datos que encontramos en internet del cultivo convencional de patata, nuestra cosecha queda muy por debajo. Sin duda, la ausencia de tratamientos fitosanitarios en la agricultura ecológica tiene que influir en los resultados pero a nosotros no nos importa en absoluto; lo que prima es nuestra salud, la de nuestros campos y la de nuestro entorno. Así que estamos muy orgullosos de nuestras patatas y de nuestra manera artesanal, tanto de sembrarlas como de recogerlas.

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Fue a  mediados del mes de marzo cuando sembramos las dos variedades que cuatro meses después ya tenemos a buen recaudo para ira añadiéndolas a vuestras Cestas de Lola. Se trata de las variedades «baraka» y «desiree». Ambas son patatas muy versátiles e ideales para todo tipo de cocina, precisamente por eso las elegimos, aunque cada una tiene sus preferencias.

Tanto la piel como la carne de la patata baraka son de color amarillo claro; es ovalada, gruesa e ideal para cocer. Por su parte, la patata desiree tiene forma ovalada y alargada, el color de su piel es rojo y el de su carne amarillo claro y es perfecta para freir.

Nuestra experiencia nos dice que, bien «embodegadas», aguantan sin problema hasta mediados de enero (la humedad de nuestra zona hace que no resistan mas), así que en breve las pondremos a vuestra disposición.

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