Siguiendo con la constante renovación de nuestros cultivos hortícolas, esta vez le toca turno a las espinacas, que ya es hora de reponer las que teníamos por unas nuevas.
Una de las variedades que cultivamos se la conoce como «espinaca de Nueva Zelanda» (de donde es originaria) o «espinaca Tetragona«. Tiene hojas carnosas y de forma triangular u oblonga, con un color verde intenso y, organolépticamente, se caracteriza por su sabor suave y su textura crujiente que las diferencia del resto de espinacas que podemos ver en los canales de venta habituales.
Cultivamos esta variedad ya que es más rústica y resistente que el resto y se aclimata bien tanto al verano como al invierno.
A pesar de tratarse de una variedad de carácter rústico, no le gustan las tierras pobres ni las demasiado ácidas, por eso las abonaremos generosamente. Contiene mucha vitamina C y es refrescante y revitalizante.
Habitualmente la hemos venido sembrando en siembra directa, dejando en remojo previamente las semillas unas 24 horas. Esta vez, con el fin de evitar en la medida de lo posible el desherbado constante, vamos a probar a trasplantarla sobre un acolchado plástico. De esta manera, además, estarán bien húmedas ya que apenas se evaporará el agua y precisaremos de muchos menos recursos hídricos. Precisamente humedad y un lugar soleado es lo que mas precisan, así que ya tenemos preparado su bancal para reemplazar a las anteriores.
Se podrían cosechar a lo largo de tres años que es lo que se supone que dura el cultivo. Aún así, para que resulten lo mas tiernas posibles, nosotros únicamente alargamos la cosecha de cada tanda unos 6 meses aproximadamente, haciendo 2 cultivos anuales.
Culinariamente tiene multitud de aplicaciones pudiéndola comer cruda, directamente en ensaladas, también se pueden cocinar en forma de crema, incorporarlas a cualquier guiso o potaje, en mousakas, quiches o, por supuesto, en ricos revueltos.
Esta semana, algunos las llevaréis en vuestra cesta en lugar del calabacín, así que podréis comerlas crudas en ensalada, en un rico revuelto o incorporarlas a vuestras quiches, ya que otra característica de la tetragonia es su versatilidad en la cocina.