Efectivamente, el elemento mas importante de los invernaderos es el plástico. Y mucho mas en estos de tipo túnel; al carecer de cimentación, el plástico es lo que acaba sosteniendo toda la estructura, de ahí la importancia de su colocación. Si bien fuimos nosotros mismos los que instalamos todos los hierros, para esta tarea optamos por llamar a un especialista.
Lo primero que hay que hacer es cavar dos zanjas de unos 50 cm. de ancho y otros tantos de profundidad a lo largo de ambos lados del invernadero. En la anterior entrada os decíamos que en la finca hay un muro y pegado a ese muro, y en paralelo, va el invernadero. Os podéis imaginar el problema que tuvimos para sacar la tierra de la zanja. Hubo que ir llenando carretillas y trasladar toda la tierra, así que el esfuerzo fue tremendo.
Dado que el plástico es una sola pieza y pesará sus 150 kgs., tuvimos que esperar a un día soleado y sin nada de viento para su colocación. Se ata a un extremo una cuerda y entre tres personas lo tiramos por encima del invernadero. Una vez que lo llevamos hasta el final se va agarrando al primer arco con unas grapas especiales. Después se deja caer hasta las zanjas y se va añadiendo la tierra por encima hasta que se cubra de nuevo completamente. Todo el peso de la tierra sobre el plástico es lo que aguanta la estructura y, de momento, y a pesar de los temporales de cada año, ha ido aguantando.
Invernadero 1 instalado y a pleno rendimiento todo el año con excelentes resultados. Al año siguiente, en 2015, decidimos repetir la operación y colocamos el invernadero 2 duplicando los cultivos protegidos. En 2016 optamos por descansar y, como no hay dos sin tres, ha sido este año cuando nos hemos animado a pedir el tercer invernadero que, si todo marcha bien, debería quedar listo antes de la primavera para albergar las solanáceas que tanto nos gustan.