Si hemos tenido una buena cosecha en el huerto y se nos ha dado bien alguna de las variedades cultivadas, una opción muy válida es tratar de obtener nuestras propias semillas. Para ello es muy importante hacer una buena selección eligiendo las plantas mas sanas, las que mejores frutos nos hayan dado, las que mejor se hayan adaptado a las condiciones de nuestra tierra o las que menos problemas de enfermedades o parásitos hayan tenido.

plantones

Si queremos hacer semilla de plantas de hojas nos fijaremos tanto en el exterior (forma, color, consistencia de las hojas), como en factores internos (textura, sabor, buena conservación). Además habrá que tener en cuenta otras variables como la resistencia al viento, al frío o al calor o su resistencia al espigado o a «grelarse» como decimos en Galicia; de esta manera elegiremos para guardar semillas las que mas tarden en subirse a flor en primavera o verano.

Tratándose de plantas de frutos el proceso de selección es similar. Si queremos semillas de solanáceas (tomates, pimentos, berenjenas…) nos fijaremos en las plantas que den frutos con mejor sabor y mayor jugosidad, que tengan mejor textura, forma o color. Si son frutos que conservamos de cara al invierno, como las calabazas, además de todo lo anterior habrá que tener en cuenta también su resistencia al almacenamiento.

Otros factores a tener en cuenta pueden ser el tamaño de los frutos o la precocidad en su cosecha. Si se trata de tomates, por ejemplo, guardaremos para semilla los primeros tomates de las plantas que antes florecieron y elegiremos los mas grandes del primer racimo, dejando que madure bien en la planta.

Pero del proceso de selección y conservación de semillas os hablaremos en la siguiente entrada.